Donde vive la derrota sin aprender de ella

TOKIO-CUBA CONTRA JAPON-IV CLASICO MUNDIAL DE BEISBOL

Alguno de nuestros entrenadores o scouts (si existen) sabe cuanto batea Tetsuto Yamada ante zurdos? O ante lanzamientos rompientes? No se escucha ni siquiera un eco.

Harto de análisis como el equipo unificado, la emigración, el desnivel de la liga Cubana o las contrataciones, los veteranos, los lineups; hoy Cuba pudo ganar el partido en el terreno del Tokyo Dome. Solo demostraré que no se pudo ganar porque el pensamiento de hoy es el mismo que el de hace cuatro años, personificado en otro manager, en otra dirección con la misma idea abstracta de concebir el béisbol.

Hace 4 años ante Holanda en la segunda fase, Cuba perdió con Gurriel, Abreu, Tomás, Arruebarruena, Iglesias, Heredia, José Miguel Fernández o Andy Ibáñez. Era el mismo partido:

1-Se perdió dos veces una ventaja en el mismo juego

2-Trabajaron abridores como relevistas y relevistas como abridores

3-La defensa no salvó carreras

4-La ventaja llegó por fly de sacrificio

5-No existió especialización en el relevo.

Cada derrota cada año duele más. Pero la derrota es el mejor vehículo de la victoria, y Cuba no ha aprendido de las derrotas. Se ven aspectos exteriores al juego que no permiten el aprendizaje. Como hacer a los lanzadores tirar strikes de calidad?

Alarcón no podía defender los lanzamientos salvajes de Yera y Frank Camilo sufrió dos estafas en 2013 vs Holanda, incluso una en tercera base.

Primer, segundo y tercer bate hoy de 12-0, un hueco semejante en la alineación de 0 BB/10 K. Pero donde duele la derrota es en la desunión de factores. Lo que pudo haber sido se mezcla con la línea delicada de lo que no será. Cuba pierde en lo más profundo que parece lo sencillo.

Los lanzadores asiáticos tiran 90 strikes en 130 lanzamientos, y entre Baños, Yera y Lahera lanzan 96 en 160. Hoy Cuba perdió por la falta de strikes de calidad. Conté, tal vez, 40 entre ellos 22 de Baños.

Carlos Martí no entiende sobre bullpen. Especialista zurdo, derecho, ángulos diferentes de salida, no? solo abridor, intermedio y cerrador.

Como siempre, luego de la derrota la búsqueda de asesinos y culpables. Pero en el interior de las cosas, el núcleo de perder continuará viviendo en el pensamiento.

He pensado, incluso, que Cuba debería tener otra dirección. Otro manager. Otra funcionalidad. Porque año tras año se repiten los mismos errores en jugadores iguales o desiguales. Porque una vez al tiempo dejamos de saber de béisbol. Dejamos de ignorar un juego esotérico donde se esconde su verdad lejos de la experimentación. Dejamos de poseer la ética y la enseñanza cuando nuestros managers (Martí a Yera) sustituyen a los lanzadores y ni siquiera les explican la falla que los hace irse del box, porque ni siquiera ellos las conocen.

Dejamos el síntoma y lo hicimos enfermedad incurable. Olvidamos que el mejor outfielder de Cuba se quedó en Cuba (J.P. Martinez), 2.2 de WAR tras el emigrado Luis Robert Moirán (3.4). Y también dejamos que los dirigentes (Higinio Vélez) vieran los juegos desde la banca, como si a ello se aplicará alguna duda simbiótica.

Pasamos al nivel donde la derrota no conmociona ni sorprende. Donde ahora solo aburre. La victoria está en Marte y a la vez, en la próxima base. Los hilos que dividen eso, se hallan en un tiro certero, en la bola que debió caer en un centímetro de la tierra y no en la tierra, en comenzar con el primer strike o en tomar algún boleto y correr y batear en dirección.

En que las personas que deben pensar piensen algo diferente. Salirse de la apuesta normal, el libro esperado. No lanzar tan alto con hombres en bases o dejar caer una pelota en foul cuando puedas agarrarla y no lograr el out en home. Parecen muchos errores, pero es solo uno.